Es bien sabido por todos que el cigarrillo es uno de los más grandes enemigos de nuestra salud y sus efectos a largo plazo suelen ser mortales.
Sabiendo esto, no se queda fuera la idea de que antes de entrar a cirugía y luego de salir de ella, debemos tomarnos un descanso respecto a este mal hábito.
La mayoría de los doctores recomienda parar de fumar alrededor de un mes antes de entrar al quirófano, y no volver a retomar este hábito hasta un mes después. Claro, esto va a depender de cómo vaya transcurriendo el postoperatorio y la recuperación (en especial la cicatrización), ya que la nicotina no permite que este proceso transcurra con normalidad.
Los químicos que encontramos en el humo del cigarrillo provocan muchos cambios en la manera en que el cuerpo maneja el oxígeno. La hemoglobina, que transporta el oxígeno por todo el cuerpo, no puede llevar tanto oxígeno como suele hacerlo cuando está expuesta al humo del cigarrillo. Los pequeños vasos sanguíneos en el cuerpo podrían estrecharse, lo cual dificulta que la hemoglobina y el oxígeno lleguen a los tejidos que lo necesitan.
El fumar espesa la sangre por lo tanto no fluye con tanta facilidad a través de los vasos sanguíneos estrechados. Con este mal hábito, las zonas del cuerpo que necesitan el oxígeno no lo reciben. Con menos oxígeno, el cuerpo tiene más dificultades para curar la zona donde se realizó la cirugía.
A parte de esto, el fumar hace que sea más difícil para el cuerpo luchar contra una infección después de una cirugía, pues los químicos del humo del cigarrillo limitan la actividad de las células que luchan contra las infecciones llamadas neutrófilos. Estas restablecen un ambiente seguro sacando las cosas que no pertenecen, como las bacterias antes de que causen problemas. Sin neutrófilos normales se podría formar una infección, la cual podría requerir antibióticos o incluso más cirugía para curarse. Un fumador tiene un riesgo hasta cuatro veces mayor de sufrir una infección.
Existen investigaciones que muestran que los fumadores podrían padecer más dolor después de una cirugía que los no fumadores, ya que los químicos en el humo de un cigarrillo podrían aumentar la inflamación y afectar la manera en que el cuerpo interpreta las señales del dolor.
Por estas razones es recomendable parar de fumar antes, durante y después de la cirugía según las recomendaciones de su médico, además esto servirá de gran ayuda como motivación para dejar el cigarrillo por siempre. Feliz Navidad, y para este nuevo año solo hábitos saludables.
Fuente: listindiario.com