Una de las intervenciones que más se asocia con la Operación Bikini es la labioplastía genital o intervención en los labios vaginales femeninos. Las últimas noticias hablan, además, de un espectacular aumento de la demanda esta cirugía estética en la última década.
Sin llegar a los datos del aumento de mamas o de la liposucción, los dos clásicos de los quirófanos, la labioplastía ha dejado de ser una operación rodeada de tabúes para convertirse en un instrumento más para la salud y la belleza femeninas.
Lo que antes se vivía como complejos propios, que muchas veces ni siquiera se compartían con amigas íntimas, ahora se contemplan como pequeños problemas físicos o defectos que se pueden solucionar con información y con ayuda profesional.
Es el caso de la labioplastia, que en paralelo a la liberación femenina en torno a los prejuicios sociales y reproductivos, se ha convertido en la operación de cirugía estética íntima más demandada.
Las causas para solicitarla son variadas, siendo la más común el mayor tamaño de los labios menores en proporción a los labios mayores. Esto suele ocasionar complejos físicos y problemas en las relaciones sexuales. También irritación, molestias y problemas de higiene durante la menstruación. A veces no sólo se trata del tamaño y/ o grosor, sino también de un problema de asimetría.
Las causas de la hipertrofia y la asimetría pueden ser de origen genético, pero también pueden haber aparecido tras el parto o, simplemente deberse al envejecimiento. La solución pasa por el quirófano y no es compleja, puesto que no requiere ingreso hospitalario. Se realiza bajo anestesia local sedación y consiste en una reducción mediante láser del tejido digamos sobrante y posterior remodelado.
El proceso viene a durar una hora y media y el postoperatorio requiere vigilancia y cuidados normales en la zona. Reposo de 24 horas, nada de productos ni ropa que pueda irritar y ,eso sí, abstención sexual durante un mes.
Fuente: nosotras.com