Todavía se tiene el mito de que las cirugías estéticas se hacen por mero capricho, pero nada está más lejos de la realidad. Si bien su función principal es la de modificar la estética del paciente, esto no significa que los motivos y los resultados sean superficiales, sino al contrario.
Los beneficios que se obtienen después de una cirugía estética son muchos, más allá de simplemente haber afectado la superficie, aunque sigue siendo su objetivo principal. También tiende a englobar numerosos trastornos que afectan la funcionalidad porque es necesario intervenir en ese aspecto para cambiar la apariencia externa.
Antes de continuar, conviene hacer algunas aclaraciones, ya que los mitos en torno a la cirugía estética son muchos. A veces, ni siquiera se conoce exactamente su definición y lo que implica, por lo que se vuelve fácil caer en malentendidos. Por suerte, también es sencillo hacer estas aclaraciones.
¿Qué es la cirugía estética?
Antes de conocer lo que significa, es bueno entender la definición de cirugía plástica, que se refiere a la especialidad médica que busca la corrección y el mejoramiento de anormalidades a través de la reparación de la forma corporal y su función. La cirugía estética es una especialidad de la cirugía plástica.
Hay que pensar que la otra rama de la cirugía plástica, es decir, la cirugía reconstructiva es la base de la propia cirugía estética. La cirugía estética utiliza los fundamentos de la cirugía reconstructiva para manejar los tejidos de la manera apropiada para darles forma y cambiar la apariencia externa del paciente.
De hecho, muchas veces la línea entre la cirugía estética y la reconstructiva es imperceptible. Si bien la cirugía reconstructiva se centra directamente en la reconstrucción de los tejidos, constantemente la cirugía estética usa este recursos para otros fines. Es bastante común que la cirugía estética resuelva también problemas de funcionalidad.
Por otra parte, es necesario decir que la cirugía estética tiene el objetivo de modificar las desproporciones del cuerpo y de la cara para acercar al paciente a los estándares socioculturales. Para algunos esto podría sonar superficial, pero las personas se suelen someter a cirugías cuando tienen una imagen distorsionada de su cuerpo o no están satisfechos con él.
En estos casos, el equipo encargado del paciente es interdisciplinario, ya que entra en juego la psique de la persona. Aún así, la cirugía busca que esta persona se sienta más cómoda con su propio cuerpo, que mejore la imagen que percibe de él. Eso sí, todo el proceso está acompañado de más de un profesional.
Estado físico y cirugía estétic
Suelen presentarse ocasiones en las que la cirugía se busca para sentirse más cómodos a nivel físico. Se trata más que todo de gustos y de la sensación que tiene la persona sobre su propio cuerpo. Puede ser que perciba ligeramente desproporcionada una zona, o que tenga alguna deformación ligera relacionada al funcionamiento.
En cualquier caso, estas cirugías buscan que la persona se tienda más cómoda a nivel físico, y no tanto a nivel emocional. Un ejemplo muy claro es el de las operaciones de aumento o reducción de pecho, aunque sobre todo aplica el segundo porque no suele estar dentro de los estándares inalcanzables de belleza.
En el caso de la reducción de pecho en cirugía plástica, el objetivo es remodelar el pecho para que se perciba más proporcional al cuerpo. En varias ocasiones, puede pasar que esta cirugía se solicite directamente por problemas físicos cuando el pecho se hace demasiado pesado para la mujer y le afecta su salud.
Estado emocional y cirugía estética
El beneficio psicológico es una parte principal junto con la satisfacción que se obtiene al ver los resultados. Existen muchos pacientes que pueden tener una disformidad que les impide tener una vida normal, que viven con relaciones sociales inadecuadas e incluso problemas emocionales bastante graves.
En estos casos en particular, el cambio causado por la cirugía suele ser muy impactante a nivel mental para el paciente. Es por ello que estos casos se tienen que llevar con mucho cuidado, de la mano de más de un profesional a la vez. Además, la intervención de parte del paciente tiene que ser lo más activa posible para expresar lo que quiere.
Sobre todo, es necesario tener presente que el uso de la cirugía estética debe ser realista, en lugar de intentar aplicar estereotipos de belleza que son difíciles (o directamente imposibles) de alcanzar. Las expectativas tienen que mantenerse relativamente bajas, dentro de lo que cabe.
El cirujano conoce la anatomía del cuerpo humano y sabe cómo equilibrar las facciones y el resultado aproximado de lo que se va a obtener, el cual depende mucho de cada caso. En este aspecto, el profesional debe buscar siempre hacer saber al paciente un aproximado de cómo será el resultado.
Al final, todo se trata de cambiar la estética de una persona, pero tiene un impacto muy grande a nivel físico y psicológico. No se trata necesariamente solo de un cambio de imagen, sino también de un cambio en las funciones del cuerpo y la mente.
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