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Todo sobre la celulitis

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Ligada sin remisión a la condición femenina, es tan popular entre las mujeres como la barra de labios. En boca de todas, son muchas las dudas que suscita su tratamiento, prevención y eliminación
Cartucheras, muslos, glúteos, abdomen y rodillas son las zonas residenciales de la celulitis, ese mal que afecta al 98% de las occidentales, por delgadas que estén y contra la que lucha la cosmética, la aparatología, la medicina estética y la cirugía plástica. La alteración del adipocito, célula que reside en la hipodermis –la capa más profunda de la piel- es la responsable de que se manifieste un problema que no es una enfermedad en sí, pero que nos lleva por la calle de la amargura a todas. Los milagros para eliminarla, no existen. Solo la liposucción –aspirar la grasa en quirófano- la elimina por completo en aquella zona en la que se practica. ¿Dudas? Conocer a la enemiga íntima número uno es la mejor manera de esquivar sus fechorías corporales.

Celulitis y piel de naranja ¿son lo mismo?

A pesar de que los términos se usan indistintamente, no son lo mismo. Las diferencia así: “celulitis en medicina significa inflamación –generalmente asociada a una infección- del tejido celular subcutáneo, como ocurre por ejemplo con la palpebritis (inflamación de la grasa del párpado), de presentación aguada y que debe tratarse con un antibiótico que controle y elimine el microorganismo causante del problema. Sin embargo, continúa, popularmente la acepción de celulitis o piel de naranja es en realidad lo que se conoce en términos estrictamente médicos como paniculopatía dermoestética o atrofia del tejido graso por factores muy variados: hormonales, genéticos, hábitos de vida…”

¿Todas las celulitis son iguales?

No. Según la textura del tejido pueden ser blandas (generalmente asociadas a flacidez) o duras; según el estadio en el que se encuentre, incipiente (no se aprecia a simple vista), moderada o avanzada (según se aprecien más o menos los hoyuelos). Además, si duele al tacto, se dice que está encharcada o es edematosa.

¿Prevenir mejor que curar?

Indudablemente. La predisposición femenina a padecer celulitis a lo largo de la vida es altísima (roza el 98%). Prevenir su aparición es una cuestión de mantener unos hábitos saludables y constantes siempre. La alimentación, el ejercicio continuo, la cosmetología local usada a diario y un tratamiento de choque en el instituto una vez al año son la mejor receta para mantener los nódulos grasos a raya sin tener que recurrir a soluciones más drásticas.

¿Cómo puedo saber qué tipo de celulitis tengo y cuál es el tratamiento más adecuado?

“La forma más adecuada, afirma, es ponerse en manos de un médico o esteticista avezado, que debe realizar un diagnóstico completo que incluya pruebas termográficas, de imagen (ecografía o resonancia), e historia clínica, valoración hormonal y nutricional completos”, “se debe explorar a la paciente tanto de pie como sentado para valorar cómo pisa, si hay asimetrías en los miembros afectados (algo muy común); además hay que explorar los pulsos distales para chequear los problemas venosos, observar la coloración cutánea, la textura,….”. Con todo ello, se elabora una ficha personalizada y se marcan las pautas del tratamiento a posteriori: aparatología, masajes, mesoterapia, número de sesiones, etc. Los milagros, esos que nos venden como “eliminamos la celulitis en 10 sesiones” no existen. Nunca.

¿Qué tipo de celulitis es más difícil de erradicar?

Evidentemente, las que están más avanzadas y además presentan problemas colaterales asociados como la flacidez o el encharcamiento. También es muy rebelde la que los especialistas denominan fibroquística, en la que los nódulos grasos se “enquistan” en las fibras musculares y son más difíciles de eliminar con aparatología, deporte o dieta.

Personalización del tratamiento ¿clave del éxito?

Todos los expertos coinciden en dar un rotundo sí. “Las causas que producen la celulitis son muy variopintas y su forma de manifestarse también; razón por la que entre el abanico de posibilidades que existen hay que escoger la que en cada momento es más adecuada al paciente”; “no se trata de trabajar con el último aparato que se ha puesto de moda, sino con aquellas tecnologías que mejor se vayan adaptando a la evolución de la celulitis en cada momento del tratamiento. ¿Un ejemplo? Se puede comenzar teniendo una celulitis fibroquística y dura, que primero habrá que ablandar y después que reafirmar el tejido para evitar la flacidez”. “No hay dos celulitis iguales, y el especialista debe estar muy atento a la evolución del problema e ir alternando las diferentes tecnologías de que un buen centro estético y médico debe disponer”.

¿Por qué fracasan los tratamientos?

Por dos razones esenciales. Una, porque no se siguen con la constancia y periodicidad indicadas por el especialista. Dos, el programa de trabajo no está bien diseñado.“No todos los aparatos sirven para todas las celulitis, las tecnologías mal prescritas pueden incluso empeorar el problema. De hecho, concluye, si tratáramos todas las celulitis con el mismo protocolo, obtendríamos un porcentaje de éxitos por debajo del 20%, y siempre debido al azar”.

¿Hay que beber más agua cuando se sigue un tratamiento anticelulítico con aparatología?

Es muy conveniente ya que la ingesta de agua ayuda al organismo a deshacerse de las toxinas y residuos que la aparatología trata de eliminar. Por ejemplo, en el caso de las tecnologías a base de ultrasonidos, hay que tomar un gran vaso de agua antes de empezar y otro al terminar para aumentar la eficacia de los mismos.

¿Tener la menstruación impide realizarse una sesión de tratamiento?

No, pero sí es cierto que puede influir en las sensaciones corporales que se perciben según la tecnología que se aplique. Por ejemplo, la radiofrecuencia puede “quemar” más o la electroestimulación resultar más dolorosa. También influye la retención de líquidos que suele generar el periodo. En cualquier caso, conviene advertirlo antes de iniciar la sesión para que el especialista valore que tecnología es la más indicada para el momento.

¿Se puede acabar con la celulitis sin recurrir a la cirugía?

Si es un problema manifiesto e instaurado, es complicado hacerla desaparecer por completo sin ayuda quirúrgica. Pero no todo está perdido, para lograrlo “además de seguir todas las pautas de higiene de vida apropiadas, es imprescindible seguir un tratamiento altamente cualificado y personalizado que combina hábilmente varias terapias y tecnologías como la iontoforesis, la radiofrecuencia, la electroestimulación con microcorrientes y corrientes interferenciales y ultrasonidos”. El problema puede mejorar muchísimo pero reaparecerá “sino se cambia el lifestyle que ha conducido a la aparición del problema”.

¿Cuánto tiempo duran los resultados de un tratamiento?

Si la persona se cuida y mantiene unos hábitos saludables, además de realizar las sesiones de mantenimiento indicadas, “los resultados pueden perdurar mucho tiempo, durante años; si el paciente se salta las pautas y recae en los hábitos que le condujeron a la celulitis, los beneficios se esfumarán en muy pocos meses”.

¿La carboxiterapia ayuda a eliminarla celulitis ?

“Es una técnica que consiste en infiltrar en las zonas afectadas por los acúmulos de grasa CO2 con la función de estimular la microcirculación sanguínea, acelerar la lipolisis y ayudar a eliminar toxinas y residuos. Funciona divinamente en las zonas críticas como rodillas, brazos, cara interna de los muslos, tobillos… pero siempre y cuando la celulitis sea dura.

¿Por qué la criolipolisis sólo puede aplicarse en zonas determinadas?

La eliminación de las células grasas por congelación (criolipólisis) “solo puede aplicarse en zonas en las que exista una capa de grasa de más de 2 centímetros de espesor, ya que es necesario que se “pince” la zona”. Normalmente se requieren al menos 3 sesiones y no hay recuperarción posterior, ya que es el propio organismo el que se encarga de eliminar la grasa necrosada..

¿Cuál es la mejor tecnología para acabar con la celulitis en brazos y rodillas?

Todos los expertos coinciden. Lo ideal es combinar las sesiones de LPG, cuyos masajes favorecen el drenaje y ayudan a “separar” la grasa del músculo, con las infiltraciones de activos drenantes y lipolíticos directamente en la zona que ayuden a quemar la grasa acumulada y a evacuar los líquidos acumulados.

¿La Radiofrecuencia sirve para quemar grasa?

Es una radiación electromagnética que al atravesar las diferentes capas de la piel genera intensas vibraciones en las moléculas de agua que contienen los tejidos, que se calientan por fricción. Su misión es aumentar la temperatura de la dermis para que alcance entre 55 y 60º C de forma sostenida en la zona tratada y así atacar los nódulos celulíticos y activar la actividad de los fibroblastos para que fabriquen elastina y colágeno en más cantidad y de mejor calidad. Todo, sin irritar ni calentar la epidermis más allá de los 42 grados. Sobre el cuerpo, ayuda a reafirmar el tejido -nunca el músculo- de las zonas más críticas ante la gravedad como la cara interna de los brazos y muslos, las rodillas, el abdomen, la espalda y los glúteos. Además, cuando la temperatura lograda sobrepasa los 40 grados en el exterior, en el interior ataca los nódulos de grasa. Unipolar, bipolar u octipolar, nombre que recibe según el número y la distancia de los electrodos de sus cabezales y la profundidad de su acción.

¿Cómo funcionan los Ultrasonidos?

Basan su eficacia en la emisión de un haz de ultrasonidos de baja frecuencia, cuyo efecto térmico atraviesa las capas de la piel hasta llegar al tejido graso donde rompe las membranas de los adipocitos que liberan la grasa que contienen y la transforman en moléculas capaces de ser reabsorbidas por el organismo y eliminadas a través de la orina. Eliminar la celulitis localizada y rebelde es su único objetivo. Sólo se pueden aplicar y nunca si se sufren problemas hepáticos en las zonas con una capa de grasa de más de 2. Son muchos los expertos que dicen que aún les falta una década para ser realmente eficaz.

¿Y la Cavitación?

Consiste en la generación controlada y repetida de microburbujas de vacío en el interior del líquido intercelular del tejido graso con la ayuda de un rodillo específico. Las microburbujas, como ocurre en las bebidas gaseosas, chocan contra las membranas de las células grasas, las rompen y liberan su contenido que se transforma de triglicéridos en biglicéridos que a posteriori se eliminan por el sistema linfático y la orina. Indolora a priori, en los centros médicos autorizados –no en las cabinas de belleza convencionales- la sesión se inicia infiltrando suero fisiológico en las zonas a tratar para aumentar su eficacia. Al igual que ocurre con los ultrasonidos, el sistema renal, hepático y linfático tienen que estar perfectamente.

¿En qué consiste la Vacunterapia?

También conocida como mecanotransducción, consiste en aplicar un masaje de succión –aspiración- de acción profunda sobre tejidos y músculos con la ayuda de un rodillo que varía de un aparato a otro. Reducir, reafirmar, remodelar, hasta descontracturar y relajar son los objetivos de una técnica que se presenta siempre en compañía de un método de acción propia, como el Lipomassage by Edermologie de LPG, cuyos rodillos por un lado aceleran la pérdida de grasa de los tejidos a la vez que estimulan la producción de colágeno. Agradable y sin más contraindicaciones que no aplicarla sobre varices prominentes, edemas ni cicatrices recientes.

¿Hay que tomar precauciones antes de someterse a una liposucción?

“Antes de realizarse esta intervención, no está demás asegurarse que se trata de celulitis y no de tener unos kilos demás. En muchas ocasiones, con dieta, nutricosmética, movimiento y un tratamiento en cabina sostenido y que combine varios aparatos (del LPG al VINCI o el Vela Shape), se consiguen unos fantásticos resultados sin pasar por el quirófano. Cuando lo anterior no funciona y acudimos a la canaula y la aspiración de la grasa, es básico preparar la piel para que se enfrente al “trauma” nutrida, flexible e hidratada, y más si la celulitis viene acompañada de flacidez de la piel, algo muy frecuente pasados los 40. También es conveniente realizarse una o dos sesiones masaje de drenaje linfático, que ayude a eliminar líquidos y a movilizar el tejido. Tras la operación, hay que seguir estrictamente las reglas marcadas por el especialista: llevar faja durante un tiempo, acudir a las revisiones, no hacer deporte durante un mes como mínimo, no tomar el sol, cuidar la piel con mimo y, por supuesto, acudir al centro de estética para recibir las sesiones de masaje linfático que sean necesarias para ayudar a eliminar el edema y la retención de líquidos que ocasiona siempre una liposucción. ¿Un consejo? La intervención debe ser realizada por manos expertas, capaces de aspirar el tejido graso justo en cada zona. De hecho, los daños colaterales de una liposucción mal ejecutada, son irreversibles”. Palabra de experta.

¿Qué es el lipofilling?

Un término inglés que se traduce como lipoinjerto remodelador y que consiste en la extracción de adipocitos (células grasas) de una zona donde sobran y reubicarlas en otra con el fin de remodelar la silueta, rellenar pequeñas irregularidades (cicatrices, arrugas) o aportar volumen donde se necesita (pómulos, glúteos,….). Es algo tan sencillo como alcanzar el sueño de quitar la grasa de donde sobra y colocarla donde falta.

¿Me lo quito del glúteo y me lo pongo en el pecho….Siempre funciona?

No toda la grasa implantada, por muy personal que sea, prende del mismo modo en su nueva residencia, “solo lo hace un porcentaje entre el 50 y 60%, y donde mejores resultados se obtienen es como relleno de glúteos, pómulos, rictus y surcos nasogenianos”. Al parecer, aquello de me quito cartucheras para aumentar una talla de sujetador no es algo que convenza demasiado a los cirujanos. “Se hace continúa el experto, pero puede llevar a equívocos los diagnósticos radiológicos que se realicen a posteriori y la grasa implantada se confunda con una patología mamaria”. “Además, la grasa injertada en el pecho agarra peor, quizás en unos años, cuando las técnicas de implante con células madre estén más avanzadas, sea posible ese milagro que muchas pacientes nos piden en las consultas”. Salvado el escollo del arraigo o no de la grasa autoimplantada, “la única dificultad estriba en que el cirujano debe de ser muy meticuloso durante el procedimiento: decantación de la grasa del resto de los fluidos, centrifugado de los adipocitos, etc…, pero los resultados que se obtienen merecen la pena, no hay que olvidar que además de adipocitos trasplantamos células madre, con lo que la calidad de la piel y los tejidos mejora notablemente; yo diría que los resultados son extraordinarios”.

¿Cuáles son las zonas más difíciles de tratar con una liposucción?

Si la meticulosidad del cirujano es una gran parte del éxito en todas las liposucciones, cuando estas se realizan en determinadas áreas, sus manos y la precisión de su técnica elevan aún más ese porcentaje. “Las zonas más difíciles de tratar, son la cara interna de muslos y brazos, especialmente en pacientes de más de 50 años, en los que hay mucho más riesgo de que aparezca una flacidez postoperatoria”. Ambos especialistas coinciden en que las liposucciones más sencillas de realizar y que ofrecen resultados impecables –siempre que estén bien indicadas y se realicen con la técnica indicada- son las pistoleras y las caderas”.

¿Qué es la lipoláser o LAL?

En su nacimiento estuvo rodeada de expectación, hubo quien incluso auguró que la LAL (Liposucción Asistida por Láser) o lipoláser acabaría por completo con la técnica convencional. No ha sido así, hoy ambas conviven, y con la revolución que han introducido en el mundo estético los lipoinjertos de grasa propia, parece que la liposucción tumescente vuelve a actuar como protagonista de este tipo de intervenciones. “La liposucción con láser es más limitada que la técnica convencional, ya que destruye los adipocitos y células madre e impiden su uso posterior para un autotransplante complementario que proporciona una posibilidad añadida de mejora y remodelado de la figura”. A esta observación, “la lipoláser es muy delicada de realizar en pacientes muy delgados, con poca capa grasa; yo sólo la aconsejo en aquellas personas muy gruesas y no creo que nunca sustituya a la liposucción convencional”. El tiempo y las células madre decidirán.

¿Cómo funciona?

“La intervención de Lipoláser es muy sencilla y rápida, aclaran los expertos de las clínicas Zurich (www.clinicaszurich.com). A través de una pequeña incisión sobre la zona seleccionada, el doctor introduce en la grasa subcutánea y a diferentes niveles, una mínima cánula (provista en su terminación, de una guía luminosa que permite al médico recorrer las zonas interesadas sin dañar el resto de los tejidos y cauterizando a la vez los vasos sanguíneos que se van destruyendo), en cuyo extremo se encuentra la fibra óptica que transmite la energía láser (calor). A una velocidad constante, ésta energía es la que diluye la grasa mediante un efecto de lipólisis (se convierte en líquido). Una vez licuada la grasa, si es necesario, se va absorbiendo la mayor parte a través de una cánula (el resto se eliminará de forma natural). Además, el propio láser reafirma el tejido tratado, evitando el descolgamiento que se pudiese derivar de la intervención.El tratamiento de Lipoláser destruye los adipocitos definitivamente, además, cauteriza los vasos sanguíneos a la vez que los va destruyendo, por lo que no se producen hemorragias, ni hematomas, ni dolor, ni riesgo de embolización”. Este Lipoláser mínimamente invasivo es efectivo para zonas amplias y con flacidez: abdomen, cartucheras, glúteos, caderas, rodillas, papada, brazos y muslos.

Fuente: vogue.es