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Las nuevas tendencias en cirugía plástica

Las cirugías plásticas han cambiado la vida de muchas personas, pero ahora son los clientes los que prefieren diferentes métodos para lucir más atractivos. Los tiempos en que los pacientes llegaban a las consultas con las fotos de sus estrellas de Hollywood favoritas han quedado atrás. Actualmente, quieren ser una «versión mejorada de sí mismos».

Las féminas prefieren cinturas diminutas combinadas con un ligero levantamiento de su trasero. El dermatólogo de las estrellas, Harold Lancer, dijo a The Hollywood Reporter que «la gente que han distorsionado su parte trasera está en su última agonía».

Los levantamientos de glúteos brasileños son cosas del pasado. De acuerdo con la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS por sus siglas en inglés), en 2015 se realizó una cirugía de glúteos cada 30 minutos. Por aquellos años, Kim Kardashian se convirtió en el patrón a seguir. ¿Quién no recuerda en 2014 la portada de la revista Paper mostrando la habilidad de ella para sostener una copa con su trasero, y dejar caer un espumoso champán? Desde entonces, las selfis mostrando el trasero o «belfie», como es conocido en inglés, arrebataron las miradas en las redes sociales.

Ahora las mujeres optan por medidas preventivas utilizando Botox o rellenos faciales. Los levantamientos de la nariz están de moda, dejando relegado las transformaciones de esta parte del rostro. En 2018, las mujeres ya no prefieren rellenar sus labios. Ahora ellas escogen los levantamientos labiales. ¡Gracias a esto, los famosos pucheros que vemos en Instagram son más fáciles de lograr!

El levantamiento de los labios consiste en disminuir ligeramente la separación que existe en la parte inferior de la nariz y la parte superior de los labios. El procedimiento quirúrgico toma menos de una hora y los labios tienen una apariencia más definida.

Los estiramientos de cuellos y papadas quedaron en el olvido. Ahora los clientes prefieren el uso de hilos tensores que se pasan por debajo de la piel con la ayuda de agujas. Sus resultados son inmediatos y permite ajustarlos para obtener el resultado deseado. Los pacientes prefieren tener una que otra arruga, sienten pavor a mostrarse totalmente estirados y, por tanto, totalmente artificial.

Con los años, los clientes han dejado a un lado las grandes cirugías para centrarse en los pequeños detalles. No solo ha cambiado las áreas a tratar, sino también las medidas. ¿Recuerda las mujeres que caminaban por las calles mostrando sus grandes pechos como pelotas de fútbol? Esa moda quedó atrás. Ahora generalmente ellas prefieren bustos más pequeños y naturales. Una copa extra es suficiente.

Los hilos tensores también se prefieren ahora para el levantamiento de mamas. Sus resultados son más naturales. La intervención es mínimamente invasiva, se realiza con anestesia local y se reduce considerablemente el tiempo de recuperación.

El modo en que deseamos mostrarnos ha sido marcado por las redes sociales. Ahora nos tomamos más fotos para Instagram y siempre queremos mostrarnos de la mejor manera posible. Un estudio publicado a principio de septiembre en Plastic and Reconstructive Surgery, la revista médica oficial de ASPS, mostró la guía que deben considerar los cirujanos cuando se trata de los procedimientos para los menores de 19 años.

De acuerdo con el estudio, en 2016 se realizaron más de 229 mil procedimientos cosméticos a menores de 19 años. Un año después, la cifra aumentó un 11 por ciento. Los pacientes mostraron como referencia las fotos tomadas para Instagram y Snapchat. La investigación señala que los milenios como promedio se toman más de 25 mil selfis en su vida lo que genera problemas de autoestima.

«Los estudios muestran que los selfis pueden llevar a la sobrevaloración de la forma y el peso, la restricción dietética, la insatisfacción corporal y la internalización del ideal delgado en las adolescentes. Además, los selfis estándar han exagerado las características faciales inferiores, como los problemas nasales, de los labios o la barbilla, lo que lleva a un mayor interés en este grupo de edad por la medicina estética y la cirugía estética», dice el informe.

Una encuesta de la Academia Estadounidense de Cirugía Facial Plástica y Reconstructiva (AAFPRS por sus siglas en inglés) recoge que, en el año pasado, el 40 por ciento del patrón mostrado a los cirujanos eran fotos con filtros. El 55 por ciento de los cirujanos afirmaron que sus pacientes acudían a sus consultas porque querían mejorar su apariencia cuando se tomaban los selfis. En 2016, la cifra era del 42 por ciento.

El año pasado, los adolescentes gastaron $6.5 mil millones en cirugía plásticas. Sin embargo, ASPS ha sugerido que los adolescentes no deben recibir aumento de senos hasta la edad de 18 años. Los cambios en la nariz deben ocurrir entre los 16 y 18 años para los varones y entre 15 y 17 años para el caso de las niñas.

El creciente interés de los adolescentes a someterse a cirugías plásticas para lucir igual a sus fotos que suben a Snapchat luego de aplicarle filtros es un nuevo fenómeno conocido como «dismorfia de Snapchat». El término fue utilizado primera vez por el doctor británico Tijion Esho.

«La cámara de Snapchat muestra lo que ves en el espejo, pero agrega un filtro en tu rostro y puedes cambiarlo todo. Tu cara puede volverse más delgada, tus labios se hacen más grandes y tus ojos y pestañas pueden agrandarse. Es genial.», dijo el Dr. Esho a The Independent.

La revista JAMA Facial Plastic Surgery publicó en agosto el artículo Selfis: vivir en la era de las fotografías filtradas. El texto recoge cómo han cambiado las consultas de cirugías plásticas en los últimos tiempos. Los pacientes no se conforman con coronas de flores o que sus orejas de cachorro parezcan simpáticas. La satisfacción de recibir comentarios y «me gusta» una vez publicada una foto en Instagram los arrastra al bisturí.

De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Boston, «estos filtros y ediciones se han convertido en la norma, alterando la percepción de belleza de las personas en todo el mundo». Ellos han notado un aumento en la Dismorfia Corporal o el Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), el cual es un desorden donde la persona tiene una gran preocupación por un defecto imaginario, (o real) en la apariencia física.

El artículo es una visión general de cómo se está moviendo la industria de las cirugías plásticas. Ahora los pacientes se enfocan en «ojos más grandes o en una nariz más delgada» y todo por la influencia de los filtros utilizados en las selfis.

Lo que más preocupa a los investigadores es que «esta es una tendencia alarmante porque esos selfis filtrados a menudo presentan una apariencia inalcanzable y están borrando la línea de realidad y fantasía para estos pacientes».

«Se sabe que el ángulo y la distancia cercana a la que se toman los selfis distorsiona las dimensiones faciales y lleva a la insatisfacción. Los pacientes pueden buscar cirugía con la esperanza de verse mejor en selfis y redes sociales», dicen los observadores.

Los hombres también están haciendo cambios en la industria. De acuerdo con la Sociedad Americana de Cirugía Plástica Estética (ASAPS por sus siglas en inglés), en 2015, el número total de cirugías plásticas en varones fue de 1.2 millones. El triple de intervenciones realizadas en 1997. Por estadísticas de 2017, ellos prefieren utilizar Botox o rellenos faciales, liposucción, reducción de pecho y abdominoplastia.

ASPS publicó recientemente su informe de 2017 sobre tendencias en la cirugía plástica. El reporte demostró como la zona de residencia de los pacientes también está influenciando en sus solicitudes cosméticas.

Entre los residentes de la costa oeste se encuentran el 38 por ciento de todos los aumentos de senos que se realizan en el país. En el medio oeste de EE. UU. se realizó el 32 por ciento de los levantamientos de glúteos. En el sureste está más de un cuarto de todos los implantes de senos para mujeres e implantes de pectorales para hombres. Sin embargo, los residentes del noreste, en estados como Nueva York y Nueva Jersey prefirieron las reducciones mamarias.

En una encuesta realizada por AAFPRS en junio, el 31 por ciento de los hombres afirmaron que era «muy probable» que acudan al bisturí. Esta academia considera que el 2017 fue un gran año para los procedimientos de cirugía plástica, y que el 2018 representó la confirmación en las preferencias de los pacientes. El gran problema que continuarán enfrentando los especialistas es seguir satisfaciendo la demanda de sus clientes si ellos insisten en tomarse fotos con nuevos filtros.

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